lunes, 18 de noviembre de 2013

Científicos hallan un volcán bajo el hielo de la Antártida Occidental

Investigadores informan en la edición digital de este domingo de la revista Nature Geosciene del descubrimiento de un nuevo volcán humeante a un kilómetro bajo el hielo de la Antártida Occidental, al que todavía no han dado nombre. Los científicos, que estudiaban otras cuestiones cuando lo hallaron, hablan de la posibilidad de quesu calor aumente la tasa de pérdida de hielo de una de las principales corrientes de hielo del continente.
En enero de 2010, un equipo de expertos diseñó dos líneas de investigación con distintos sismógrafos en la Tierra de Marie Byrd, en la Antártida Occidental, siendo la primera vez que los expertos desplegaban diversos instrumentos en el interior del continente para poder operar durante todo el año, incluso en las partes más frías de la Antártida.
El sismógrafo matriz usó perturbaciones creadas por terremotos distantes para obtener imágenes de hielo y roca en lo profundo de la Antártida Occidental. El objetivo, según explica Doug Wiens, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y uno de los investigadores principales del proyecto, era esencialmente medir la capa de hielo para ayudar a reconstruir la historia climática de la Antártida.
Para hacer esto con precisión, los científicos tenían que saber cómo respondería el manto terrestre a una carga de hielo y dependía de si estaba caliente o frío y líquido o viscoso, por lo que analizaron los datos sísmicos para comprobar las propiedades del manto. Así, elsoftware automatizado de detección de eventos se puso a trabajar para identificar los datos de cualquier suceso inusual.
Cuando la máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicos entre enero de 2010 y marzo de 2011, la estudiante de doctorado Amanda Lough miró detalladamente para ver qué estaba sacudiendo. Cuanto más observaron, los investigadores se mostraron más convencidos de que se trataba de un nuevo volcán que se estaba formando a un kilómetro bajo el hielo.
Los eventos sísmicos detectados eran débiles y de muy baja frecuencia, lo que sugiere que no eran de origen tectónico, puesto que los temblores sísmicos de origen tectónico de baja magnitud tienen frecuencias de 10 a 20 ciclos por segundo y este temblor era de 2 a 4 ciclos por segundo.
Para investigar más a fondo, Lough utilizó un modelo informático mundial de velocidades sísmicas, que mostró que casi la totalidad de los hechos habían ocurrido a una profundidad de entre 25 a 40 kilómetros, extraordinariamente bastante profundo para estar cerca del límite entre la corteza terrestre y el manto, llamado Moho, lo que posiblemente descarta un origen glacial y pone en duda uno tectónico.
"Un evento tectónico podría tener un hipocentro en entre 10 a 15 kilómetros de profundidad, pero a los entre 25 y 40 kilómetros, es demasiada profundidad", considera Lough. Un colega sugirió que por la forma de las ondas de las sacudidas parecían terremotos 'Deep Long Period' o DPLs, que se producen en las zonas volcánicas y tienen las mismas características de frecuencia y son igual de profundos.

Ceniza encerrada en el hielo

Los sismólogos contactaron con Duncan Young y Don Blankenship, de la Universidad de Texas (EEUU), que vuelan aerotransportando un radar sobre la Antártida para obtener mapas topográficos de la roca madre. "En estos mapas, se puede ver que hay elevación de la topografía del manto en la misma ubicación donde se producen los eventos sísmicos", dice Lough, quien añade que las imágenes de radar también revelan una capa de ceniza enterrada bajo el hielo.
Su mejor conjetura fue que provenía de Monte Waesche, un volcán existente cerca del Monte Sidley, pero los científicos no saben cuándo estuvo activo y la capa de ceniza establece la edad de la erupción en hace 8.000 años. "La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánico, pero la mayor parte de esta zona lo son", señala Wiens, añadiendo que es probable que haya un punto caliente en el manto que produce magma muy por debajo de la superficie.
"No hay una seguridad total de qué causa DPL -subraya Lough-. Creo que varía según el complejo volcánico, pero la mayoría de la gente piensa que es el movimiento de magma y otros fluidos lo que conduce a las vibraciones inducidas por la presión en las grietas dentro de los sistemas volcánicos e hidrotermales".
Según Lough, como el radar muestra una montaña bajo el hielo, es posible que haya habido una erupción en el pasado. Los investigadores calculan que se necesitaría una gran erupción, una que libere un millar de veces más energía que una erupción típica, para romper el hielo sobre el volcán. Una erupción subglacial y el flujo de calor del que va acompañada fundirán una gran cantidad de hielo.
"El volcán creará millones de galones de agua bajo el hielo", dice Wiens. Este agua se precipitará bajo el hielo hacia el mar y alimentará la cuenca hidrológica de la corriente de hielo MacAyeal, una de las varias corrientes principales que drenan hielo de la Tierra de Marie Byrd en la plataforma de hielo de Ross. Por la lubricación de la roca madre, permitirá acelerar el flujo del hielo suprayacente, tal vez aumentado la tasa de pérdida de masa de hielo en la Antártida Occidental. "No esperábamos encontrar nada como esto", reconoce Wiens.

Un investigador español descubre una nueva especie de crustáceo

Un estudio publicado en la revista 'Zootaxa', por la Universidad de Sevilla y el Museo de Historia Natural de Canadá, describe unanueva especie de crustáceo marino hallado en la costa de California (EE UU).
"Esta nueva especie tiene diferencias con otros ejemplares de su mismo género en las proyecciones dorsales del cuerpo, y también en las patas, pinzas y el abdomen", explica a Sinc José Manuel Guerra García, autor principal del estudio.
Los investigadores han denominado a este nuevo crustáceo Liropus minusculus por su pequeño tamaño. Tan solo miden unos 3,3 mm los machos y 2,1 mm las hembras. La aparición de este animal por primera vez en Pacífico nororiental permite conocer los patrones biogeográficos del género y entender sus procesos de especiación.
Se estima que solo conocemos entre un 5% y un 10% de las especies que habitan nuestro planeta, por tanto la taxonomía es fundamental para caracterizar la biodiversidad global. El profesor Guerra ha descrito, durante los últimos diez años, ocho géneros y 62 especies nuevas para la ciencia de los crustáceos caprélidos. Es solo un ejemplo de todo lo que queda aún por descubrir."Especímenes del género Liropus se pueden encontrar tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo. Los estudios taxonómicos en los crustáceos caprélidos son fundamentales para identificarlos correctamente y saber con qué especies estamos trabajando en estudios ecológicos y otros trabajos aplicados de bioindicadores marinos, usos en acuicultura, extracción de compuestos con interés farmacológico, etc.", subraya Guerra García.

Otro crustáceo tropical aparece en el Mediterráneo

El científico ha participado además en un artículo publicado recientemente en la revista 'Helgoland Marine Research' que ha detectado la presencia de una especie de crustáceo nativo de Brasil introducida en nuestras costas posiblemente por embarcaciones. "Se trata del crustáceo caprélido Paracaprella pusilla", comenta Macarena Ros Clemente, responsable del hallazgo y autora principal del estudio.
"En nuestras costas hay dos especies introducidas de caprélidos Caprella scaura y Paracaprella pusilla. Solo la primera puede considerarse invasora, ya que P. pusilla, de momento, es introducida", apuntan los investigadores.
Para que una especie se considere invasora debe haberse probado que tiene consecuencias, bien económicas o bien sobre el ecosistema, tras su introducción.
"Su entrada en el Mediterráneo está asociada a la de hidrozoos marinos que se pegan en los cascos de las embarcaciones. Vivir sobre estos hidrozoos les aporta muchas ventajas a la hora de encontrar refugio y capturar a sus presas, ya que Paracaprella pusilla es fundamentalmente depredadora y se alimenta de copépodos -crustáceos de tamaño muy pequeño- que quedan atrapados en los hidrozoos", subrayan los científicos.

Arranca en Fukushima la operación de limpieza más delicada

La operadora de la central nuclear de Fukushima comenzó este lunes a retirar combustible gastado del edificio que aloja el reactor 4, la operación más delicada desde que se desató en la planta hace más de dos años la peor crisis atómica en un cuarto de siglo.
El proceso, que durará alrededor de un año, abre la puerta a una nueva fase en el desmantelamiento de la planta, que se cree que llevará unas tres o cuatro décadas.
Los ojos de las autoridades y de diversas organizaciones van a estar muy puestos en TEPCO, la propietaria de la central, que ha sido duramente criticada por sus numerosos errores a la hora de gestionar la crisis atómica.
A las 15.18 hora local (6.18 GMT) de este lunes los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO) comenzaron a trasladar manojos de dióxido de uranio a un recipiente, llamado barrica de almacenaje seco, mediante una grúa construida específicamente para la operación, según un comunicado emitido por la empresa.
La barrica había sido colocada previamente dentro de la piscina que guarda en total 1.533 piezas de combustible, ya que la operación para introducirlas en el contenedor debe realizarse siempre bajo el agua para que el uranio permanezca refrigerado y así no emita una altísima radiación al exterior.
De uno en uno y con extremo cuidado (la velocidad máxima a la que puede operar la grúa es de un centímetro por segundo) se irá introduciendo combustible en la barrica durante los dos próximos días, hasta que ésta, que tiene capacidad para almacenar 22 manojos, esté llena.
Con ayuda de otra grúa, la barrica será sacada entonces de la piscina y descendida hasta la planta baja del edificio del reactor 4 donde será montada en un camión y trasladada a otra piscinaen el recinto de la planta que se considera más segura.
La operación, que será repetida una y otra vez hasta que se hayan retirado los 1.533 haces de combustible, presenta importantes desafíos, ya que el edificio del reactor 4 sufrió una explosión por concentración de hidrógeno después de que la planta fuera golpeada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011.

Peligro de emisión radioactiva

Esto levanta dudas sobre la actual solidez del edificio, y ademáshace temer que un cascote caído dentro de la piscina a causa de la explosión se enganche con el uranio durante la retirada, lo que podría provocar una grave emisión radiactiva.
"El combustible gastado tiene un riesgo potencial enorme", dijo hace meses el presidente de la Autoridad de Regulación Nuclear nipona (NRA), Shunichi Tanaka, quien afirmó estar más preocupado por esta operación que por el otro problema acuciante en la central: la acumulación de agua radiactiva y los consecuentes vertidos al mar.
Grupos antinucleares nipones como el Centro de Información Nuclear Ciudadana han denunciado que TEPCO no está preparada para llevar a cabo este delicado procedimiento y consideran que bajar la barrica de almacenaje seco, que pesa unas 90 toneladas cuando está llena, con una grúa es una operación muy arriesgada.
El contenedor debe descender 32 metros en vertical desde la última planta del edificio hasta la planta baja, y este grupo teme lo que pueda pasar si éste se cae y se abre con todo el uranio dentro.
Por su parte, TEPCO ha asegurado que el nivel de radiación en la planta, que ya de por si es muy alto y obliga a todos los técnicos a vestir traje y máscara protectora para trabajar, apenas se vería afectado incluso aunque la barrica se precipitara y el material radiactivo que aloja saliera al exterior.
Se espera que esta operación, que solo es el primer paso de un largo y complejo proceso para desmontar toda la central, concluya a finales del año próximo.
TEPCO encarará entonces un desafío aún mayor, retirar el uranio de las piscinas de combustible gastado de los reactores 1 a 3. Éstos, a diferencia del 4, sí estaban operativos cuando sobrevino la catástrofe, por lo que sus núcleos se acabaron fundiendo parcialmente y liberaron una enorme cantidad de radiación.
La eléctrica quiere comenzar ese proceso a partir de 2015 y sólo a partir de 2020 se plantea realizar la tarea más difícil de todas: sacar el combustible fundido de dentro de los tres reactores más afectados por la tragedia de marzo de 2011.

La NASA regresa a Marte para saber por qué el planeta se secó

Hace millones de años, el agua corría por la superficie de Marte, un planeta que tenía además una densa atmósfera y en el que los científicos creen que es posible que se dieran las condiciones para que existiera algún tipo de vida. Lo han averiguado basándose en las pruebas que han ido recopilando las sondas y vehículos robóticos que desde los años sesenta han explorado el Planeta Rojo, tanto desde el aire como desde tierra.
El paisaje marciano debía ser muy distinto al mundo árido, inhóspito y sin agua en el que se ha convertido este planeta, que cuenta además con una atmósfera muy delgada. ¿Cómo se produjo este cambio tan radical en en su clima? ¿Qué ocurrió para que Marte se quedara sin agua y perdiera su densa atmósfera? Una nueva sonda de la NASA ha despegado este lunes de Cabo Cañaveral (Florida) rumbo al Planeta Rojo para intentar averiguarlo.
El cierre del Gobierno federal de EEUU durante 17 días a punto estuvo de retrasar el comienzo de la misión MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile EvolutioN), cuyo coste aproximado será de 671 millones de dólares (496 millones de euros). Sin embargo, el acelerón que han llevado a cabo los ingenieros durante las últimas semanas para recuperar el tiempo en el que la agencia espacial estadounidense estuvo paralizada ha permitido que todo estuviera listo para que MAVEN partiera hoy, como habían previsto inicialmente.
La nave ha despegado este lunes de Cabo Cañaveral (Florida) a las 19.28 (hora peninsular española) a bordo de un cohete Atlas V, el mismo que se utilizó para poner en órbita a Curiosity, el vehículo robótico que explora Marte desde agosto de 2012.

10 meses de viaje

Casi un año tardará la sonda en alcanzar la órbita marciana (está previsto que llegue allí el 22 de septiembre de 2014). Su trabajo consistirá en estudiar en profundidad y por primera vez las altas capas de su atmósfera para averiguar cómo se convirtió en el árido planeta que es en la actualidad. Los científicos creen que la actividad solar pudo estar detrás de la pérdida de gases atmosféricos.
Aunque los datos que aporte MAVEN también permitirán de forma indirecta recabar más información sobre si Marte fue un lugar habitable, ese no será su objetivo.
La sonda, que tiene una longitud de 11 metros y un peso de 903 kilogramos (2.550 si se suma el combustible), cuenta con tres paquetes de instrumentos para realizar mediciones. Sobrevolará Marte a distancias que oscilan entre los 6.000 y los 150 kilómetros de altura, manteniendo una órbita elíptica. A lo largo de la misión realizará también cinco aproximaciones a la superficie, situándose a sólo 125 kilómetros de altura.
"Marte es un sistema complicado, tanto como la Tierra. No puedes pretender con una sola nave estudiar todos los aspectos y averiguar todo lo que necesitas", ha declarado Bruce Jakosky, científico de la Universidad de Colorado e investigador principal de la misión. "Con MAVEN vamos a explorar la única gran pieza que falta y que todavía no ha sido investigada hasta ahora".

domingo, 10 de noviembre de 2013

Así copulaban los insectos hace 165 millones de años

Hace 165 millones de años se entregaron con frenesí al amor, y así, congelados durante todo este tiempo en el momento culminante de su éxtasis, les ha encontrado hoy un equipo de investigadores. Don Reng y sus colaboradores de la Capital Normal University, en China, han descubierto el fósil más antiguo de una pareja de insectos copulando en el noreste del país asiático.
Según el artículo que acaban de publicar estos científicos sobre su hallazgo en la revista 'Plos One', se trata de un fósil del Jurásico Medio. Los insectos pillados en plena faena son cercopoideas, una especie de pequeño insecto que salta entre las plantas como las ranas pequeñas.
El fósil, que se encuentra muy bien conservado, es el más antiguo encontrando hasta la fecha de dos insectos copulando, muestra la posición de apareamiento vientre a vientre. Además, también se puede observar cómo el órgano reproductor masculino se inserta en la estructura corporal de la hembra.
Según los autores del estudio, este hallazgo sugiere que la simetría genital y la posición de apareamiento de estos insectos han permanecido inalterados durante más de 165 millones de años. Los registros fósiles de insectos copulando son bastante escasos, lo que limita el conocimiento científico sobre la posición de apareamiento y la orientación de los genitales en las primeras etapas de la evolución.
"El descubrimiento de esta pareja de cercopoideas copulando nos proporciona una visión del comportamiento de los insectos y datos importantes para entender su postura de acoplamiento y la orientación de los genitales durante el Jurásico Medio", resalta Ren.

¿Por qué tienen las antenas parabólicas forma de curva cónica?

Desde las alturas de la ciudad las vemos poblar los tejados de las casas. Nos sirven para ver la televisión, escuchar la radio o transmitir datos. Estamos hablando de las antenas parábolicas, inconfundibles por su particular estructura cónica. Pero, ¿por qué tienen esta forma y no otra?
El catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira explica hoy en su videoblog los motivos de este fenómeno en Cosmocaixa Madrid, el museo de la ciencia de la Obra Social La Caixa.
La reflexión de la luz (y la luz no es más que una de las innumerables ondas electromagnéticas) se realiza siguiendo las leyes de los choques elásticos, como el de una bola de billar contra la banda de la mesa.
Si queremos enviar rayos de ondas electromagnéticas en una dirección única, por ejemplo, desde la antena de una estación de televisión hacia un punto concreto, por ejemplo, la casa de Pepe, lo mejor que podemos hacer, siempre que la línea entre la antena y esta casa no tenga obstáculos o estos sean pequeños, es hacerlo mediante una antena parabólica: la señal se concentra en la línea de viaje y no se dispersa por el espacio.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El mar esconde el calentamiento

El océano mundial, en los últimos 60 años, absorbe calor 15 veces más rápido que en los 10.000 años anteriores, afirman unos científicos estadounidenses que han logrado estimar la temperatura de las aguas intermedias (entre 450 y mil metros d eprofundidad) en el Pacífico, en el pasado, gracias a los análisis químicos de microfósiles presentes en sedimentos marinos. La mayor parte del calentamiento del planeta provocado por el efecto invernadero reforzado por la actividad humana lo está almacenando el mar... de momento. Y esto “puede darnos un poco de tiempo —no sabemos cuánto— para afrontar el cambio climático, pero no lo va a parar”, dice Yari Rosenthal, científico de la Universidad Rutgers. “Estamos haciendo una especie de experimento al meter todo este calor en el océano sin saber realmente cómo va a devolverse y afectar al clima, y lo alarmante de ese cambio no es tanto la magnitud como la velocidad a la que se está produciendo”, dice Braddock Lindsey (Universidad de Columbia), coautor del estudio sobre las aguas del Pacífico en los últimos 10.000 años, que se presenta en el último número de Science.
El océano no solo es una despensa eficaz del calentamiento del planeta inducido por las emisiones crecientes de gases de efecto invernadero, también, y unido a este aumento de la temperatura del agua, es protagonista de uno de los efectos más notables del cambio climático: la subida del nivel del mar. Una elevación del nivel de las aguas que no será igual en todo el planeta y que incluso en algunas zonas bajará. “A finales del siglo XXI, es muy probable que el nivel del mar habrá subido en aproximadamente el 95% del área oceánica” respecto al presente, señalael último informe (AR5) del Panel Intergubernamental sobre Cambio climático (IPCC). El 70% de las costas del planeta experimentarán un cambio del nivel del agua, añade. “La variabilidad regional va a ser muy grande: un 80% de las zonas registrarán cambios de +/- el 20% sobre la media global”, explica Íñigo Losada, director de investigación del Instituto de Hidráulica de Cantabria y experto en los estudios de impacto de cambio climático.
Más de un 60% del incremento de energía neta en el sistema climático está almacenada en la capa superior del océano (hasta 700 metros de profundidad) y un 30% en las aguas más profundas, indica el AR5. La capa más superficial, hasta 75 metros, se ha calentado 0,11 grados centígrados por década entre 1971 y 2010. El nivel del mar ha subido en torno a 0,19 metros de media, a lo largo del siglo XX. Y el proceso se está acelerando: la elevación promedio fue de 1,7 milímetros al año entre 1901 y 2010, pero de 2,0 milímetros desde 1971, y de 3,2 milímetros entre 1993 y 2010, siempre según las conclusiones del AR5.
La causa principal de esta subida del nivel del mar es la expansión térmica del agua (que se dilata con el calor), pero también hay otros factores: el deshielo de Groenlandia y, en menor medida, de la capa helada antártica, la fusión de glaciares en tierra y el incremento del vertido al mar de agua dulce continental.
En cuanto a lo que sucederá en el futuro, el AR5 indica que la elevación promedio será, en 2081-2100, respecto a 1986-2005, de entre 26 centímetros en el escenario más favorable de contención de emisiones de gases de efecto invernadero, hasta 98 centímetros en el más desfavorable.
“Pero el calentamiento del mar no es uniforme y la subida del nivel del mar va a estar condicionada por la redistribución dinámica de las masas de agua (más calientes, más frías, más salinas, etcétera), por los cambios en los vientos y en la presión atmosférica y por las alteraciones en los grandes flujos de agua dulce”, señala Manuel de Castro, catedrático de laUniversidad Castilla La Mancha. Además, hay que tener en cuenta que esos cambios se producen en escalas de tiempo diferente, de manera que, a finales de siglo unos tendrán más peso que otros, añade. ¿Qué zonas? ¿Qué impactos? “La fiabilidad de nuestros modelos climáticos a escala regional es menor que a escala global”, advierte De Castro.
Aún así, se vislumbran las grandes tendencias: “En Europa la subida del nivel del mar estará en torno al promedio mundial, y en torno a la península Ibérica subirá algo más el Atlántico que el Mediterráneo, por la dinámica de los vientos en el océano, la evaporación, el vertido de agua dulce... En general, el nivel del mar aumentará algo más que la media en el hemisferio Sur que en el Norte debido, sobre todo, a los vientos, pero en cualquier caso estamos hablando de diferencias de unos pocos centímetros”, señala este climatólogo.
Para conocer los impactos locales de la variación del nivel del mar hay que tener en cuenta, primero, la variabilidad natural en la zona tanto del agua como del terreno (hay zonas donde se está elevando y otras donde se hunde, como los deltas de los grandes ríos), los efectos de la extracción de aguas subterráneas o gas, así como de los terremotos y los tsunamis, señala Losada. “En cuanto al océano mismo, también hay que tener en cuenta la variabilidad natural regional, como los efectos las mareas y los huracanes (a corto plazo), los cambios a escala de un año a una década (en como el fenómeno El Niño) y luego estos mismos cambios pero a muy largo plazo, que puede ser acumulativos”, continúa.
Losada cita procesos como la prevista disminución del nivel del mar en torno a Groenlandia porque la disminución de la capa helada afecta al sistema gravitatorio con el agua y disminuye el nivel en la zona cercana a la costa mientras que aumenta más lejos. Además, en las regiones donde el terreno ha soportado grandes cantidades de hielo, se produce el llamado rebote isoglacial cuando se derrite: al disminuir la presión sobre el suelo, la tierra se eleva.
De los impactos del cambio climático se ocupa el segundo grupo de trabajo del IPCC, cuyo informe correspondiente al AR5 todavía no está terminado. Pero se van haciendo estudios sobre países y regiones, donde no solo influye la subida del nivel del mar sino también fenómenos asociados, como las tempestades, con el consiguiente incremento del oleaje, la destrucción de playas o la salinización de acuíferos.
Lo que está claro es que la extensión y volumen del océano mundial ha variado en la historia del planeta: durante las eras glaciales, la acumulación de agua en extensas capas heladas restaron líquido al océano y bajó el nivel del mar, mientras que, en los períodos templados se funde gran parte del hielo continental, interviene la expansión térmica y sube el nivel medio del mar. Ahora, con el cambio climático inducido por la actividad humana, el proceso es muy rápido.