Las extremidades de los animales vertebrados son uno de los grandes hitos en la historia de la evolución. ¿Cuándo y cómo surgieron? El hallazgo en el norte de Canadá de más restos fósiles de una especie de transición entre los peces y los primeros animales vertebrados con patas ha aportado nuevos datos para este debate científico.
Según sostiene un equipo de investigadores liderados por Neil Shubin, de la Universidad de Chicago (EEUU), las patas probablemente tuvieron su origen en las aletas traseras de los peces, que fueron evolucionando y perfeccionándose hasta hacerse más robustas. Una propuesta que rebate otras teorías previas que sostienen que las grandes extremidades traseras y articuladas comenzaron a desarrollarse una vez que surgieron los primeros animales vertebrados terrestres.
La descripción completa de esta especie, que vivió hace unos 375 millones de años y ha sido bautizada como Tiktaalik roseae, se publica esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Fue en 2004 cuando Shubin y sus colegas se toparon por primera vez con fósiles de esta especie. Los restos fueron desenterrados cerca de Bird Fiord, al sur de la isla de Ellesmere, que pertenece al territorio de Nunavut y está situada al nordeste de Canadá.
Sin embargo, la mayor parte de los restos que encontraron entonces pertenecían a la parte frontal del esqueleto de un individuo. Siguieron excavando hasta que en las posteriores campañas de 2006, 2008 y 2013, en el mismo yacimiento, encontraron más fósiles de la pelvis y las aletas traseras de otros cuatro ejemplares de la misma especie. El hueso de una pelvis en buen estado de conservación, y parte de una aleta trasera les ha ayudado a reconstruir el aspecto de este animal de una manera bastante fiable.
Según aseguran, se trata de la especie transicional entre peces y tetrápodos terrestres (vertebrados con dos pares de extremidades) mejor conocida hasta ahora.
Entre el pez y el cocodrilo
Los científicos describen a Tiktaalik roseae como una suerte de híbrido entre un pez y un cocodrilo. Tenía aletas lobuladas y una cabeza ancha y plana, dotada de afilados dientes. Según sus cálculos, un ejemplar adulto podía medir más de dos metros de longitud. Creen que era un pez de agua dulce y que cazaba sus presas en aguas profundas.
«Su pelvis es sorprendente, en particular la articulación de la cadera, que es muy diferente a las que hasta ahora habíamos visto en el linaje que condujo a los vertebrados con patas», explica Edward Daeschler, investigador de la Universidad Drexel en Filadelfia (EEUU) y coautor del estudio. Su pelvis, afirman los científicos, es comparable en algunos aspectos a la de los primeros animales tetrápodos.
«Tiktaalik roseae combinaba características primitivas con rasgos modernos», añade Drexel. Tenía branquias, escamas y aletas como los peces, pero también características propias de los tetrápodos, como un cuello móvil, pulmones primitivos y una caja torácica.
Las articulaciones de sus patas delanteras también han sorprendido a los investigadores, que creen que permitían a estos animales sostenerse en el suelo. De hecho, Neil Shubin cree que es razonable suponer que usaba sus aletas para nadar pero también es posible que le permitieran caminar por el fondo del mar.
El investigador explica que los peces pulmonados o dipnoos que viven en la actualidad, como el pez pulmonado africano, tienen una pelvis parecida a la de esta especie fósil y, como mostraron en 2011, estos animales son capaces de caminar por el fondo del mar.
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