La fama les ha llegado por sus notorios usos militares en lugares de conflicto, pero lo cierto es que los drones (zánganos, en inglés) tienen multitud de aplicaciones en el ámbito civil; tantas, que hacen soñar a los ingenieros con sociedades completamente robotizadas. Ahora, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA)se ha sumado a estas aspiraciones al autorizar por primera vez en España el uso civil de un avión autónomo diseñado para la vigilancia y prevención de incendios.
Con sus seis metros de envergadura y 80 kilos de peso, este avión no tripulado (UAV) está dotado con varias cámaras que graban imágenes aéreas de los bosques para ayudar no sólo a las tareas de emergencia cuando se presentan incendios, sino a las labores de vigilancia preventiva durante las 24 horas del día. Es capaz de volar durante cuatro horas y media sin parar, y aterrizar en una pista forestal de sólo 100 metros de longitud.
Cada flota está compuesta por tres robots del modelo FT-Altea, más un control de tierra. Juan Ayanz, responsable de Comunicación deFlightech Systems, la empresa responsable del diseño, afirma que este dispositivo será especialmente útil a la hora de detectar a los pirómanos, que prefieren perpetrar sus fechorías por la noche, justo cuando los helicópteros no pueden operar debido a la falta de visibilidad. Cada avión contará, además, con una cámara térmica, capaz de detectar una barbacoa a más de 15 kilómetros de distancia para identificar más rápidamente el foco inicial de un incendio.
El resto de imágenes se transmitirán en tiempo real y en alta definición. Además de grabarlas automáticamente, el avión facilitará también otros parámetros, como la velocidad y dirección del viento, nivel de humedad o las rutas de ataque practicables por los bomberos.
Riesgo de colisiones con helicópteros
Un equipo de tierra será el encargado de dar las instrucciones a través de enlaces de radio inalámbricos. En total habrá tres de ellos para asegurar la operatividad en el caso de que uno de ellos falle. «Si llegaran a fallar todos, el avión siempre tiene incorporada la misión de volver a casa, es decir, a la base», comenta David Benavente, socio de Everis Aeroespacial y Defensa.
Dicho personal controlará y supervisará el funcionamiento general de los drones, siempre y cuando hayan superado un curso de adaptación de conocimientos. Ariel Shocron, jefe del Departamento Técnico de Seguridad del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), se muestra, no obstante, reticente en esta garantía de seguridad: «Exigimos que los operadores del sistema tengan una licencia de piloto y unos conocimientos equiparables a los nuestros». Teme que puedan existir choques, ya que «estos aviones no van a volar solos, sino en compañía de los helicópteros tripulados por personas, lo que añade un incordio más al piloto que trabaja en condiciones muy extremas».
En la actualidad, los bomberos realizan estas labores con un helicóptero que dispone de cuatro tipos de cámaras (entre las que se encuentran una de alta definición y otra de infrarrojos) y que consta de una tripulación compuesta por al menos tres personas: el piloto, el técnico de cámara y el bombero encargado de dar las instrucciones. Desde la portavocía del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, afirman no tener información sobre el futuro uso de estos drones, por lo que prefieren abstenerse de dar su opinión sobre sus posibles beneficios o perjuicios.
Un proyecto de siete años
El grupo de prensa francés La Poste aprobó el pasado abril un sistema para repartir periódicos a sus suscriptores a través de helicópteros sin piloto. Sin embargo, tal y como aclara Ayanz, «no se tratan de UAV, sino de FLV. Existe una diferencia entre ellos,como la que hay entre un coche de verdad y un coche de juguete». Por ello, se puede afirmar que el certificado que expedirá en unos días la AESA a Flightech Systems (hasta ahora lo que han conseguido es superar más de 100 vuelos y 82 ensayos de fiabilidad, simulando todo tipo de fallos en el sistema de control y mecánicos, reaccionando siempre de forma segura) es el primero de España y de Europa.
Existen dos partes bien diferenciadas en cada avión: la común y la denominada «carga de pago», cuyas características vendrán definidas por las necesidades de cada misión; de modo que el mismo modelo puede especializarse en diferentes campos de actuación: agricultura (control de eficiencia de regadíos), geología (explotación minera, corrimientos de tierra, inundaciones...), hidrología (control de cuencas, cuantificación del estado de embalses), gestión y planificación urbanística, etc.
Flightech Systems ha trabajado en este proyecto a lo largo de siete años. «Cuando empezamos, había vacíos normativos. Todo estaba en un limbo. Nos propusimos como objetivo seguir un proceso que tuviera amparo legal», comenta Ayanz. «Por eso hemos esperado a la certificación para vender el modelo». Europa podrá conocer así el lado amable de los drenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario